Por: Fabián Campanini
La cantidad de personas que practican ejercicio para conservar o recuperar la forma física está experimentando un fuerte aumento, según han observado clubs deportivos y especialistas en deporte. Médicos y entrenadores coinciden en destacar que la actividad física es beneficiosa para la mayoría de las personas incluso a edades avanzadas. Entre ellos encontramos:
- Devuelve la línea si hay exceso de peso
- Estimula y mejora el sistema circulatorio y el cardiaco, evitando futuras patologías
- Disminuye el colesterol, el riesgo de infarto, baja la tensión si está alta
- Es tan eficaz como la psicoterapia en el tratamiento de la depresión
- Estimula la liberación de endorfinas, hormonas internas que producen sensaciones de placer y bienestar
- Nos distrae y evade de las preocupaciones.
Los riesgos de una mala planificación de la actividad física o entrenamientos trae riesgos como.
- Exigir al cuerpo un rendimiento superior al que puede ofrecer y acabar con una lesión o, incluso, con un paro cardiaco. Para evitarlo, se aconseja iniciar la actividad física con un control médico (que debe incluir por lo menos el análisis de la historia clínica y una prueba de esfuerzo).
- Acabar obsesionándose por la actividad física hasta el punto de llegar a la adicción.
Por ello es recomendable ponerse en manos de un entrenador con titulación universitaria que guiará el proceso de entrenamiento de forma eficaz y científica. Teniendo en cuenta factores como:
- Selección de objetivos y metas intermedias a cumplir en el proceso de entrenamiento.
- Optimizar el tiempo disponible para los entrenamientos diarios, semanales y anuales.
- Factores nutricionales y hábitos alimenticios.
- Factores psicológicos y gustos en cuanto a actividades físicas.
- Factores fisiológicos y características individuales.
- Lesiones anteriores y preparación gradual del entrenamiento para evitar futuros contratiempos musculares u óseos.
Un profesional de la actividad física debe cumplir con los pasos imprescindibles como:
1. Entrevista personal, encuesta sobre horarios y tipo de trabajo, disponibilidad horaria, entrenamientos realizados hasta el momento, mejores registros en cada una de las pruebas, horas de sueño, hábitos alimenticios, lesiones, enfermedades, gustos deportivos, objetivos a conseguir con la actividad física, etc.
2. Ejecución de test como valoración de la forma física:
- Test de fuerza máxima directos o indirectos.
- Test de flexibilidad y movilidad articular.
- Test de máximo consumo de oxigeno directos o indirectos como valoración de su nivel aeróbico.
3. Planificación y estructuración de las cargas de trabajo: Estructura anual, mensual y diaria teniendo en cuanta capacidades como:
- Fuerza
- Resistencia
- Velocidad
- Flexibilidad
4. Simultáneamente se debe controlar la nutrición y las variables de índice de masa corporal (IMC), porcentaje graso, mediciones de los perímetros musculares, ajustando la alimentación a los requerimientos diarios de trabajo, estudios y entrenamiento.
5. Evaluación y control permanente de las capacidades citadas con anterioridad.
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